La ruta de las mil civilizaciones

Palenque, 27 de marzo

Antes de nada, estamos bien. Mabel, MJ y yo seguimos un poco afectados pero nos encontramos todos perfectamente. La ruta sigue y si no publicamos es porque el Internet aquí es bastante terrible y se va y viene como le apetece. Las fotos de los dos días anteriores ya están publicadas y los videos esperamos que Internet nos deje esta noche.

El viaje nocturno tuvo varias visitas al baño por parte de Mabel... ahora ya estaba claro que era la nueva víctima de Moctezuma... su noche en el bus no fue muy buena, no es el mejor lugar para pasar una diarrea. Llegamos a Villahermosa a las 5 de la mañana y a las 5,45 partíamos hacia Palenque donde pasaremos los dos próximos días. Desde Villahermosa ya se ve el cambio total en el paisaje... todo es mucho más verde y la selva se extiende a derecha e izquierda de la carretera.

Una vez dejadas las mochilas en el hostel nos fuimos directamente a las ruinas de Palenque. Por unos 10 pesos te llevan en unos autobuses turísticos y la entrada cuesta otros 27 pesos. Allí cogimos un guía turístico, Victor, un hombre bastante mayor, historiador de profesión, que nos explicó su particular visión de Palenque. Y digo particular porque este hombre podría ser entrevistado por Iker Jiménez. Para él los mayas no eran como tal una civilización, sino un conjunto de todas las civilizaciones que habían llegado antes que Colón a América. Y ojo, que no digo que no hubiera gente que llegara a América antes que Colón, pero es que para este hombre Tutankamon estuvo de fiesta en Palenque poniéndose de coca y tabaco hasta arriba... Lo cierto es que cuando te enseña los dragones, las tallas babilónicas y las egipcias, hasta convencía, pero había muchas otras cosas que no cuadraban. De todos modos fue una visión muy interesante.

Interesante también fue conocer el origen de la palabra Maya. Al parecer cuando Hernan Cortés vino a estas tierras preguntó a los nativos por su nombre, y ellos dijeron Mayuc "no entiendo" y de ahí viene el nombre de mayas. Más allá de la historia verdadera o no de Palenque, este lugar es especial. Se encuentra en medio de la selva, y de hecho hay cientos de pirámides tapadas por ella y todavía sin ser descubiertas. Teotihuacán impresionaba por el tamaño de las pirámides del sol y de la luna. Palenque impresiona por el entorno en el que está. Las pirámides descubiertas no son excesivamente altas, pero son muy bellas y tienen algunos detalles muy curiosos. Calaveras talladas, cabezas de dragones, relieves de emperadores,.. adornan los frontales. Si echamos la vista al fondo tan sólo vemos selva cubriéndolas y un río con una espectacular cascada en uno de sus laterales.

Antes de dejar Palenque Moctezuma hizo de las suyas, y Diana que llevaba desde el día anterior diciendo que se encontraba un poco rara, también tuvo su sesión de water, al menos no le dió tan fuerte como a MJ, Mabel y a mí. Sólo quedaba Esther en pie. Mabel tuvo que improvisar un baño entre las ruinas de Palenque porque no llegaba a la caseta de los retretes, un privilegio sólo al alcance de los grandes emperadores mayas.

Las casi tres horas de visita se nos hicieron hasta cortas y eso que el calor era terrible. De Palenque pactamos con el hombre que nos había llevado hasta las ruinas si nos podía acercar a las cataratas de Aguas Azules, una zona natural con unas cataratas con un agua clarísima en la que te podías dar un baño y que están a una hora de Palenque.

El camino de ida fue una auténtica carrera de rallys en una vieja furgoneta, Alejandro, que así se llamaba el conductor, puso la furgoneta en varias ocasiones bastante por encima de la velocidad que debía... El susto del movido viaje de ida se nos pasó al ver las cascadas. El agua era azul turquesa y caía en cascada a distintas balsas. Parecía incluso algo realizado por el hombre. Había una ruta que subía hacia la boca del cañón y que prometía que había mejores sitios para bañarse, y no dudamos en seguirla.

Después de una media hora andando llegamos a un punto donde ya no se nos permitía pasar y decidimos darnos un baño. MJ, Diana y Mabel, un poco afectadas por Moctezuma y ya que el sol había caído y la temperatura no era muy alta prefirieron no bañarse, Esther y yo sí que quisimos probar ese agua azul. La verdad es que el agua estaba buenísima pero mi estómago estaba un poco tocado todavía y las lagunas de aguas azules pasaron a ser lagunas de aguas marrones. Me tocó lavar el bañador en las cascadas, pero el baño no me lo quita nadie.

De vuelta a Palenque la noche ya estaba cayendo y parece ser que nuestro conductor Alejandro quiso conseguir la vuelta más rápida y rebajó su excelente marca anterior en media hora... MJ y Esther dormían, pero Diana, Mabel y yo íbamos tan acojonados que en más de una ocasión hasta gritamos. El peor momento fue cuando ya con noche oscura le dió por adelantar a dos coches y un camión. Por suerte conseguimos llegar al hostel sanos y salvos.

Por la noche decidimos que era momento de cenar... después de tener a Esther sin comer todo el día haciendo dieta blanda con nosotros, había hambre y ya que Moctezuma siguiera vengándose nos daba igual. Nos pedimos unas pechugas de pollo a la plancha con arroz y vimos como Esther saboreaba un delicioso plato de Nopal relleno de pechuga y queso. Eso sí, Moctezuma se vengó de ella ligeramente y acabó haciendo pleno con los cinco. Por suerte para Esther su venganza de Moctezuma ha sido muy ligera.

De vuelta al hostel llamamos a Alejandro para reservar plaza para el día siguiente para los cinco para ir a Yaxchilan y Bonampak. Nos teníamos que levantar a las 5,30 de la mañana.

Aquí os dejamos nuestro video con las ruinas de Palenque: