Moctezuma y sus efectos

Veracruz, 26 de marzo

A las 7 de la mañana decidí levantarme y bajar a desayunar algo, después de la noche que pase lo mejor era que me diese un poco el aire. Mi cama estaba totalmente empapada en sudor. Fuí a un supermercado cercano, por el camino me encontré a muchísima gente corriendo y haciendo deporte, y lo mejor, un grupo de unas 100 personas haciendo Batuka! Si hubiese tenido un poco de fuerzas me hubiese unido a la clase, pero estaba tan flojo que a los 3 minutos hubiera caído rendido.

Después de comer un poco decidí meterme en la cama y pasar el día en la habitación. La verdad es que después de haber visto lo que vi de playa, casi era la mejor opción. Había que recuperarse que al día siguiente bajábamos a Palenque. Lo que es en sí la zona de arena era bastante pequeña y a su derecha todo era como una gran escombrera. Una pena que tengan la costa así. Además parece ser que aquí dentro de unos años también tendrán que firmar una ley de costas porque están levantando enormes edificios de apartamentos pegados a la playa.

Cuando las chicas se levantaron nos enteramos que Moctezuma no sólo viene a vengarse de forma aleatoria, sino que también se le puede comprar en pastillas. MJ por la noche tomó su ciruelax que había comprado el día anterior y al parecer los efectos fueron terribles... llevaba desde que se había levantado en el baño también.

Del resto del día, hasta por la tarde poco más puedo contar de lo que ocurrió fuera de la habitación. Esther, Diana y Mabel estuvieron en la piscina del hotel y dando un paseo por la playa mientras tanto yo seguía con mis delirios febriles y MJ estaba pegada al baño. Al parecer la playa no mejoraba más allá, incluso era bastante peor aún y más descuidada.

Yo estaba tan sueltito que incluso me levanté y había tenido un "pequeño accidente" y me tuve que meter en la ducha... A mediodía me trajeron algo para comer que no me sentó excesivamente bien tampoco. Para ir al supermercado las cuatro chicas tuvieron que andar por una especie de polígono industrial hasta encontrar un sitio donde comprar algo decente para comer.

Al menos el checkout del hotel lo pudimos hacer a las 18 de la tarde, y nos pudimos quedar más tiempo en el hotel intentando recuperarnos. Fuera ya del hotel yo me encontraba mucho mejor, seguía soltando básicamente agua, pero al menos la fiebre había desaparecido. Decidimos bajar al zócalo de Veracruz a tomarnos uno de sus famosos cafés, bueno, eso quien pudiera, MJ y yo decidimos tomar una limonada natural que nos sentaría mucho mejor.

La impresión que nos dió Veracruz era muy distinta a la de los otros lugares de México que habíamos visitado. Esto era como haber dado un salto a Cuba. Incluso los rasgos de mucha de la gente eran distintos. Al igual que en Puebla, la vida social se vive en estas plazas, hay montones de gente tocando instrumentos, bailando, vendiendo puros y todo tipo de mercancías. Después de haber tomado el café y la limonada decidimos coger un tranvía que daba una vuelta turística por la ciudad de 40 minutos.

En sí la ciudad no tiene mucho que ver, es más el ambiente que se respira en ella. Algunos edificios antiguos pero tampoco excesivamente bonitos y un paseo marítimo no muy opulento. Después del paseo nos sentamos en una terraza para cenar pescado (aquellos que pudieran). La pinta que tenía era estupenda y por todo lo que comieron Diana y Esther debía de estar buenísimo.

Mientras nos lo estaban preparando Mabel, que llevaba quejándose de gases durante unas horas y que según ella olían tan mal como los míos, fue al baño. Moctezuma no la había respetado pese a ser casi local y también la había alcanzado. Menos mal que en el bus que cogíamos a las 22:55 había baño porque tenía pinta de que lo íbamos a dar todo. Teníamos 7 horas de bus nocturno entre Veracruz y Villahermosa y de ahí teníamos que coger otro bus más de Villahermosa a Palenque que serían unas dos horas y media.

Aquí nuestro video del día: