De la precariedad al lujo

México DF, 1 de abril

Después de tres días disfrutando de San Cristobal y sus alrededores, debíamos de decir adiós al estado de Chiapas y volver a México DF. Sin lugar a dudas, y pese a nuestros pequeños problemas de salud, esta ruta ha sido para todos nosotros una experiencia increíble. Hemos tenido playa, montaña, selva, ruinas mayas, naturaleza, pueblos coloniales, colonias indígenas y por supuesto gente maravillosa.

Venir a México y quedarse en Cancún o en la Rivera Maya es un delito. Chiapas poco a poco está saliendo de su pobreza y abandonando su pasado belicoso para desenmascararse como un destino turístico y ecológico que nadie debería de perderse. Es aquí donde se conoce parte del auténtico México, un cruce de experiencias que merecemuchísimo la pena descubrir.

A las 11 de la mañana nuestro autobús partía hacia Tutxla, donde se encuentra el aeropuerto desde donde cogeríamos nuestro vuelo a DF. En bus son 13-14 horas, el vuelo no llega a las 2 horas y la diferencia de precio no es exagerada. Para viajar cogimos los billetes con uno de los lowcost del país, Interjet.

En la estación de autobuses de San Cristobal tuvimos un pequeño enfado... nos mandaron dejar nuestras mochilas en un lugar desde donde las cargarían los empleados de la estación de autobuses y nosotros nos subiríamos directamente al bus. Como no nos fiamos mucho de la profesionalidad de esta gente ya que además no nos habían dado ningún resguardo por nuestras mochilas, pedimos que por favor nos enseñasen que nuestras mochilas estaban cargadas cuando estábamos a punto de salir, y menos mal que lo hicimos.

Nuestras mochilas estaban en el bus correcto camino del aeropuerto sí, pero a nosotros nos habían subido a otro autobús distinto. Y digo nos habían subido porque aquí para acceder a los autobuses hay una especie de control que sólo puedes pasar para embarcar, algo parecido a los aviones, y a nosotros nos habían llevado destino Tutxla. Menos mal que nos dimos cuenta y conseguimos cambiarnos de bus in-extremis, si no, a saber qué hubiera pasado... si es que ya vamos conociendo a los Mexicanos.

Al principio el vuelo no fue lo que se dice precisamente tranquilo. Por algún motivo estábamos volando muy bajo y el avión se movía bastante. Eso sí, el avión en sí estaba bastante bien. Teníamos mucho espacio entre las filas e incluso las azafatas nos dieron una bolsa de patatas fritas y un refresco durante el vuelo.

Ya de vuelta en el DF, nos dirigimos al centro, a la avenida Juarez donde se encontraba el Hilton que había reservado con mis puntos y qué maravilla... está claro que el desarrollo de un país es inversamente proporcional al lujo de los hoteles Hilton del mismo. Nos subieron a la sala Vip desde donde se veían unas vistas impresionantes de toda la ciudad. Allí nos dieron de beber y de cenar gratis: salmón, varios tipos de ensaladas, carne con verduras a la parrilla, todo tipo de pasteles... un auténtico lujo después de 8 días perdidos por la selva entre hostel y hostel. Como dice MJ, quién diría que estábamos malos del estómago por cómo comíamos. Eso sí, los kilos que hemos perdido estos días, no nos los quita nadie, ya tenemos hecha buena parte de nuestra operación bikini.

Con la barriga llena bajamos a la piscina-spa del hotel donde nos relajamos hasta las 9 de la noche, momento en el que tuvimos que despedir a Mabel con toda nuestra pena, ha sido la mejor de las anfitrionas y gracias a ella hemos disfrutado de Chiapas al máximo.

Por la noche decidimos ir a dar un paseo por el centro de DF para ver el Zócalo y sus calles adyacentes iluminadas. La calle madero estaba casi tan animada de noche como de día: espectáculos de clown callejeros, músicos tocando, estatuas humanas, gente disfrazada, puestos callejeros,...

El problema vino cuando la policía fue a quitar estos puestos callejeros y la gente empezó a enfrentarse a ellos. De repente nos vimos rodeados de una marea de gente que corría e insultaba a estos policías de ciudad que iban ataviados más como antidisturbios, con escudos, cascos y chalecos antibalas.

En un momento dado toda la gente empezó a correr en nuestra dirección y a Diana no se le ocurrió otra cosa que decir una de nuestras frases del viaje "a donde fueres haz lo que vieres" y salió corriendo en la misma dirección. Vamos, perfecto para declarar nuestra culpabilidad y que también nos llevásemos algún palo. Por suerte MJ, en esta ocasión voz de la cordura, nos dijo que paráramos y nos metiéramos en un soportal donde había unos restaurantes y unas tiendas. A los 5 minutos el tumulto estaba disuelto sin más. En general el centro de DF nos resulta un lugar bastante seguro siempre y cuando no te salgas de los lugares establecidos.

Por fin tenemos Internet con velocidad suficiente! así que esperamos subir algunos de los videos entre hoy y mañana, al menos los de los primeros días. Os dejamos con nuestro video en el Hilton, merece la pena verlo: